RISAS
Se escuchan risas, todas las sobremesas cargadas de risas y voces, voces que cuentan historias, algunas seguramente exageradas e incluso inventadas, y música, muchas veces música que hace tambalearse el edificio. Mi compañera de trabajo se queja de que son muy ruidosas, pero a mi encanta y durante el verano las echo de menos.
También, alguna vez, tuve esas tardes eternas de risas, sabor a nocilla y mermelada, pero se escaparon, sin posibilidad de retorno, sustituídas por mi triste oficina y amenizadas por las risas de otras, por las historias de otras, por la música de otras
También, alguna vez, tuve esas tardes eternas de risas, sabor a nocilla y mermelada, pero se escaparon, sin posibilidad de retorno, sustituídas por mi triste oficina y amenizadas por las risas de otras, por las historias de otras, por la música de otras
4 Comments:
Uhmmm... esas sobremesas se me han venido encima de repente. Llevo días que no me aclaro, pensando y recordando toda mi infancia. Obsesionada por un paso del tiempo cada vez más ágil y tenaz.
Lástima. Poco más..
Te envío un abrazo.
haz que vuelvan esas sobremesas, haz que vuelvan, aunque sea a deshora, tú me entiendes.
Un beso, grande, con sabor a nocilla
Qué suerte haber presenciado alguna de esas tardes de tostadas y nocilla. Me las recuerdo cada vez que ya no me sube la cremallera de los vaqueros del instituo. No las cambiaría por nada.
me has hecho recordar.
Esas tardes de pan de molde y nocilla entre lección y lección, untando la última entre risas y palabras, remoloneando las cuatro en el sofá, antes de retomar el estudio.
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